Padre Félix Varela
Breve Reseña Histórica
El Padre FÉLIX VARELA nació en La Habana (Cuba) el 20 de
noviembre de 1788. Desde niño sintió vocación al
sacerdocio y se distinguió por su gran inteligencia y piedad. A
los 23 años fue ordenado sacerdote en la Catedral de La Habana.
Pronto mereció la admiración y el aprecio de todos por su
vida ejemplar, su bondadoso carácter y su dedicación al
ministerio de la enseñanza. Como profesor durante diez años
en el Colegio-Seminario de San Carlos de La Habana formó una ilustre
pléyade de discípulos, en los cuales inculcó el amor
a Dios, a la Patria y al prójimo. También contribuyó
notablemente al progreso de las ciencias y las letras en Cuba.
En 1821 el Padre Varela fue elegido para representar a Cuba en las Cortes
de España, donde abogó por las causas justas y reclamó
la libertad de los negros esclavos. En 1823, al restablecerse el absolutismo
regio en España, se trasladó a Nueva York desde donde proclamó
el derecho de Cuba a ser una nación independiente y soberana. Su
voz profética despertó la conciencia del pueblo cubano.
Sacerdote ejemplarísimo y lleno de celo por la salvación
de las almas, el Padre Varela ejerció el ministerio sacerdotal
en Nueva York durante 30 años con admirable abnegación y
heroísmo. Fundó escuelas para niños, edificó
iglesias y evangelizó a los pobres. Fue, además, un defensor
magnífico de la fe católica frente a los ataques de las
sectas protestantes. Como Párroco y Vicario General mereció
la admiración y el respeto de los fieles de Nueva York. Siempre
vivió pobremente, entregado por entero al servicio de Dios y del
pueblo humilde. Su ministerio sacerdotal tuvo la gracia de iluminar las
conciencias y atraer a las almas a Dios. Los que lo conocieron en vida
lo consideraban un santo. Los últimos tres años de su vida
estuvieron marcados por las enfermedades, la soledad y la pobreza; pero,
sin quejarse de nada, sobrellevó la contradicción y el sufrimiento
con amor y paz interior. Su fortaleza espiritual estaba en la oración
y la Eucaristía.
El Padre Varela entregó su alma a Dios el 25 de febrero de 1853
en San Agustín de la Florida (Estados Unidos). Sus restos mortales
descansan en el recinto de la Universidad de La Habana.
En 1985 la Santa Sede autorizó al Episcopado de Cuba a iniciar
el proceso canónico sobre la santidad del Siervo de Dios, Padre
FÉLIX VARELA.
|